Jaén Music Higher Conservatory

Jaén se alza al pie del cerro de Santa Catalina, con calles empinadas y de pronunciadas pendientes que definen su urbanismo, ensanchándose hacia las zonas más llanas y amplias de los nuevos barrios y bulevares, donde se encuentra nuestra parcela.

El entorno es resultado de un ensanche contemporáneo sobre un tejido regular de amplios viales ortogonales y edificios de seis plantas de altura. La calle Federico Mayor Zaragoza, borde sur del solar, discurre sobre el antiguo trazado del ferrocarril, que en su enlace con la calle Dr. Eduardo García-Triviño, sigue el perfil circular de la muralla perimetral de defensa de la aldea Eneolítica de Marroquíes Bajos (2800-2000 ANE).

Los restos encontrados corresponden a un tramo de muralla-foso correspondiente al 5º anillo concéntrico de protección de la macro-aldea. El respeto a los restos de nuestro pasado a través de su protección, puesta en valor e integración en la ciudad, los convierte en un importante elemento cultural en el paisaje urbano de Jaén que debe integrarse con naturalidad en el nuevo edificio.

La parcela tiene forma de trapecio rectángulo con sus bases dispuestas según el eje norte-sur. La topografía es sensiblemente plana, descendiendo de forma continua desde el SO hacia el NE. Se divide en dos partes, estando una de ellas afectada por los restos arqueológicos.

El solar disponible ocupa el 60% de la parcela de uso educativo al existir el mencionado yacimiento arqueológico en la mitad oeste de la parcela, que se reduce a un 50% (3.060 m2) al retranquear una franja de 5m de ancho como borde de protección de los restos. Los viales perimetrales están bien dimensionados para el tráfico rodado con generosos acerados a ambos lados, y arbolado de porte mediano en fase de crecimiento. La diferencia rasante máxima del acerado perimetral del área disponible es de 2,25m, pero como resultado de la excavación por intervención arqueológica, el interior se encuentra deprimido una profundidad de 3-4m respecto del acerado.

La superficie de la parcela neta no es generosa para un programa de 4.658 m2 construidos, por tanto, se hace imprescindible un edificio muy racional y compacto para poder encajar el Programa de Necesidades de un Conservatorio Superior de Música.

Hemos propuesto un edificio fácilmente reconocible por su carácter singular en consonancia con su función de edificio para enseñanza de las Artes, confiriéndole una presencia que pueda destacarse de los edificios colindantes a la vez que se integra en el tejido residencial, mediante la utilización de materiales y elementos constructivos y tecnologías actuales de gran eficiencia energética, con referencia a la arquitectura mediterránea y haciendo hincapié en la economía de uso y mantenimiento.

Perseguimos, desde su diseño general, su adecuación a criterios de sostenibilidad, sistemas pasivos de ahorro energético y respeto al medio ambiente.

La necesidad de albergar un programa de usos de diversa índole, buscando su especificidad y su dimensión más adecuada, añadido a la condición de edificio exento, ha generado la organización del programa docente en un volumen continuo que se desarrolla alrededor de su espacio más emblemático, el auditorio, resaltando su singularidad.  De forma orgánica, una crujía estrecha de planta baja para cabinas de ensayo va envolviendo el auditorio desde la plaza interior ajardinada para ir ganando anchura y altura en función de las necesidades funcionales y acústicas de las aulas de mayor dimensión, hasta alcanzar un brazo de tres plantas que conforma la fachada paralela al vial principal, el Paseo de España, donde se sitúa la entrada. 

Esta forma orgánica permite la continuidad visual del edificio en todo su perímetro mostrando la misma jerarquía hacia todos sus frentes, realzando su condición de edificio público.

La situación del vestíbulo principal, permite organizar desde éste las distintas circulaciones, tanto a la zona docente como a la administración y servicios comunes. 

La propuesta es compacta y se ha zonificado por usos y acústicamente, cuidando las relaciones entre estos espacios y de éstos con el exterior.

El edificio en forma de ‘L’ se vuelca interiormente hacia un gran espacio de encuentro y convivencia de la comunidad docente transmitiendo la serenidad que el edificio público requiere, y actuando como un referente visual que permite contemplar los restos arqueológicos y las cabinas de ensayo de los alumnos. El porche de circulación, dimensionado generosamente, comunica el edificio con este espacio exterior, reforzando su uso con la disposición de la cafetería y la azotea transitable (espacio de descanso y esparcimiento de la comunidad educativa).

El desarrollo del edificio permite que, tanto en la entrada principal como en las secundarias y el espacio ajardinado central, se resuelvan las pendientes de forma accesible.

La entrada principal se encuentra en el Paseo de España, por la cualificación urbana que supone como gran bulevar ajardinado. 

En el límite entre la parcela educativa y los restos arqueológicos se ha proyectado una vía rodada para autobuses, vehículos de emergencias y aparcamientos, además de tener acceso a carga y descarga desde la plaza que conforma la L trasera.  

El acceso al auditorio se puede independizar de las circulaciones por el resto del edifico mediante tres paneles móviles de madera, para su utilización fuera del horario escolar. La disposición contigua del auditorio, aula de orquesta, percusión, conjunto y almacenes permite el fácil traslado entre éstas de instrumentos voluminosos.

Se han colocado masas de árboles de porte mediano, que producen el sombreo del espacio interior, desde donde se puede acceder a las cabinas de ensaño fuera del horario escolar.

La envolvente se ha proyectado con una fachada ventilada de fibrocemento coloreada con veladura al silicato en tono crema cálido con un ligero tono verdoso para su mimetización con el entorno, tanto el Parque Andrés de Vandelvira del Bulevar como la ladera del cerro del Castillo de Santa Catalina. Las ventanas son continuas y estrechas como hendiduras horizontales para enfatizar el volumen prismático que asoma al Bulevar.

Interiormente, el sistema constructivo responde a una serie de mejoras en el diseño acústico para evitar las coloraciones. Para ello, la distribución de las salas y aulas no es uniforme. En recintos pequeños se ha inclinado algún paramento ligeramente evitando que todas las superficies sean paralelas. El uso de cortinas acústicas con buen grado absorción en todas las aulas instrumentales nos permite ajustar de forma rápida la absorción de las mismas, modificando su tiempo de reverberación en función del instrumento musical utilizado. En las aulas específicas se plantea la disposición de revestimientos acordes a su uso, difractantes o absorbentes, para favorecer la acústica interior.