Intervención en el Hammam Al_Andalus.

HAMMAM_PALMA
Guía de viaje

Tradición contemporánea
Los baños árabes, hammam, eran centros de reunión de la sociedad islámica utilizados para descanso y relajación, al tiempo que purificaban cuerpo y espíritu. Su arquitectura siguió la estructura secuencial de los baños romanos; sala de acceso y descanso y salas fría, cálida y caliente. La sociedad islámica añadió la condición religiosa a las abluciones, wudu y ghusl, como búsqueda de pureza física y espiritual antes de la oración.
En Palma de Mallorca, los baños árabes históricos existentes en su intricado casco urbano, muestran una secuencia espacial única, rica en estímulos y materiales. Nuestro hammam busca recuperar, desde una visión contemporánea enlazada al paisaje cultural de la ciudad, un lugar de encuentro y paz, física y espiritual.

Al-bayt al masiaj. Jardín. Inmersión previa. Transformación
En los baños árabes históricos de Palma, los verdes de la vegetación de un jardín previo, ya transformado a lo largo del tiempo, construyen un lugar de descanso, umbral de las experiencias venideras. Así busca ser nuestra acogida.
El visitante cruza la fachada vibrante de briznas, de verdes vegetales y algún ibiscus. La recepción, pavimentada en continuidad con la calle, invita al acceso. Un primer anfitrión, arropado tras un leve mostrador, toalla, invita al visitante tanto a descansar abrigado en briznas verdes, como a descubrir el misterio de una caja dorada. Para ello, ha de cruzar un espeso cortinaje de terciopelo negro. En la caja, un luminoso interior blanco guardará nuestras prendas.
Dejamos atrás nuestros hábitos urbanos. Una pila bautismal, tsukubai, nos recibe y recibe a la gota desde la altura. Ritma y prepara nuestro corazón. Construye un nuevo tiempo.

Al-bayt al-barid. Sala fría y de relajación
Tras el oscuro cortinaje nos acoge una primera sala de relajación. Al igual que en los baños históricos de Palma, un espacio abovedado y una atmósfera ocre cobijan el descanso. Bajo la madera curva, un gran banco de mármol caliente contiene un agua fría, quieta, transparente, pétrea, agitada tan solo por breves inmersiones.

Al-bayt al-wastaní. Sala templada
Corazón de experiencias, la sala templada es lugar de encuentro de cuerpo, agua y luz.
Una bóveda, lluvia paralizada de leves filamentos, etérea y misteriosa, evoca las bellas bóvedas de mocárabes de la arquitectura islámica. La sala, de tono similar a la de los baños históricos de Palma, muestra orgullosa en su fondo un altar, puerta, lámina pétrea infranqueable que brota del agua e invita a entrar en nuestro interior.
El espacio aúna noche y día. La vibrante oscuridad del techo recorta su bóveda a la luz natural, inyección de tiempo y conexión con el cielo que facilita la inmersión en nuestros sentidos.

Al-bayt al-sajum. Sala caliente
La travesía líquida concluye en el baño caliente, reducida gruta de refulgente techo. El viajero desciende hacia el líquido, descansa fundido en agua y mira al cielo, baño de oro para nuestra alma.

El camino inverso, hacia lo seco, no es menos emocionante.
Sin cesar, empezando.