Casa con abrigo cerámico. Rehabilitación de vivienda rural en la costa tropical de Granada.

Una vivienda rural situada en el promontorio de una ladera abancalada, con frutales de cultivo subtropical, ofrece su situación privilegiada para el descanso entre plantas, albercas y montañas, con el mar difuminado y el cielo como fondo etéreo. Dos cuerpos existentes, la vivienda con proporciones cuadrangulares y un pequeño elemento de almacén y estudio se disponían en el paisaje mediterráneo junto a dos albercas, una circular y otra rectangular que recibe el agua de la anterior. Las distintas piezas de color blanco contrastaban con los colores de la vegetación circundante, formando parte de un paisaje aparentemente fragmentario pero repleto de relaciones entre sus elementos.

Fase 1: Vivienda

La vivienda principal, con una pobre cimentación y construida sin aislamiento térmico, requería su rehabilitación sin modificar su forma ni extensión. La familia residente, dedicada al cultivo ecológico, requería hacer habitable esa edificación con la mínima energía y utilizando materiales de proximidad. La intención de incorporar una cubierta vegetal suponía repensar la estructura y el aislamiento desde una perspectiva conceptual capaz de resolver múltiples problemas con un mismo concepto. La propuesta incorpora una subestructura, una suerte de “exoesqueleto” o “abrigo resistente” construido con piezas metálicas y cerámicas que reparten el peso de la cubierta vegetal a una nueva losa capaz de homogeneizar la base existente y dotar a la vivienda del calor necesario en invierno. Este elemento absorbe el tronco de una araucaria existente frente a la casa y se extiende como una plataforma para sentarse frente al jardín.

La casa se organiza a partir de tres crujías con actividades distintas. La zona de día se prolonga desde el interior hacia el porche exterior orientado al sur, matizando el espacio según distintos grados de recogimiento, procurando la transparencia suficiente para permitir su continuidad. No existe solería ni acabado superficial del suelo térmico, alberga instalaciones para la electrificación de muebles, ofreciendo una planta libre flexible para las distintas actividades; cocinar, leer, ver cine, tocar instrumentos o trabajar. En verano, las puertas y ventanas enfrentadas en cada espacio posibilitan la ventilación cruzada en determinadas horas del día con gran eficiencia, permitiendo prescindir de cualquier sistema de climatización. La zona de noche se sitúa en continuidad, mostrando el mobiliario y las estanterías como elementos insertados debajo de una misma cubierta. Los dormitorios y el aseo se orientan hacia el rebosadero de la alberca y el cultivo de cañavera, mirando hacia un intersticio íntimo pero abierto al exterior.

La vivienda se asemeja a una mesa cerámico-vegetal posada sobre una plataforma, en contacto con la tierra. El “techo resistente” inferior se organiza como un damero conformado por bovedillas cerámicas curvas con direcciones alternadas. Esta idea de mosaico o tapiz se repite en distintos lugares como concepto geométrico sobre la libertad de la vegetación que rodea y corona la vivienda, interpretando la dirección cambiante de los surcos propios de la agricultura. La rasilla cerámica, a menudo oculta como elemento auxiliar de las obras, se utiliza como acabado de una serie de pilastras de ladrillo de distintas crujías según la edificación existente, algunas de la cuales permiten alojar el nuevo sistema de saneamiento de pluviales de la cubierta. Las instalaciones de agua y la iluminación quedan ocultas en el interior de las piezas cerámicas, ofreciendo una imagen clara del sistema constructivo de la rehabilitación.

Todos los elementos se pintan de color blanco, integrando la vivienda en el conjunto de cortijos y aperos de carácter mediterráneo del lugar, dando continuidad también a la relación entre la casa, ahora “fagocitada” y las albercas y muretes existentes blanqueados dentro de su singular entorno vegetal.

Fase 2: Estudio (en proyecto)

En una segunda fase, se ha proyectado la intervención sobre el cuerpo de almacén-estudio y espacio de invitados conectados con una escalera. Se trata de una suerte de torre-mirador que establece relaciones paisajísticas con la horizontalidad de la vivienda principal y las albercas. Este cuerpo se rehabilita de forma similar, pero superponiendo el “exoesqueleto” en forma vertical. De este modo, se permite el refuerzo de aislamiento térmico capaz de compensar las pérdidas de calor existentes al tiempo que ofrece una lectura atípica del sistema de bovedillas cerámicas, esta vez como plano dirigido hacia el cielo.

Una escalera metálica, apoyada en dos perfiles cilíndricos, uno de ellos dentro de la alberca rectangular, se desarrolla como celosía estructural autor resistente, una pasarela elevada que permitirá el acceso a la cubierta vegetal sobre la vivienda, disponible para el cultivo. Puede entenderse como un camino suspendido sobre el agua de la alberca que sirve para el riego y alimenta la piscina existente, que será transformada en piscina natural.