Mallol Arquitectos' offices

La decisión de Mallol de construir sus propias oficinas después de 40 años de ejercicio profesional como diseñadores, fue producto de una profunda evaluación y consideraciones que intervienen en el buen desempeño de la arquitectura y contribuyen a un mejor ejercicio de esta disciplina.

Espacios abiertos, luminosos, flexibles, multiusos, sin jerarquía, que permiten una comunicación fluida y comparten una filosofía de trabajo en continua creatividad y cooperación.
La filosofía del diseño del proyecto son los usos mixtos del programa, donde el espacio siempre privilegia nuevos espacios y que comparte en la diversidad de sus necesidades.
Cuando se localizó y seleccionó el edificio para diseñar y organizar las nuevas oficinas de Mallol, con todas las exigencias y requisitos de la sustentabilidad, se privilegió un lugar tradicional, con historia, para transformarlo en un sitio emblemático, como lo es el corregimiento de Bellavista, ubicado en el corazón de la capital, a 400 metros de la Bahía de Panamá; y con una comunicación envidiable hacia los puntos más relevantes de la ciudad.

El edificio existente, un hotel de la localidad, de siete pisos, sirvió de base para su construcción; cuyas estructuras de acero fueron recicladas con el propósito de convertirlas en un estudio de arquitectura, donde el espacio permitiera el trabajo en equipo, la atención personalizada a los clientes, mejorar la calidad de vida laboral de los colaboradores, creando áreas nuevas de trabajo para el mejor desenvolvimiento y la creatividad de la disciplina arquitectónica. Unas oficinas que permitieran establecer un ambiente apropiado con una atmósfera adecuada al trabajo interdisciplinario, cara a cara en espacios abiertos y promovieran las sinergias correspondientes.

Esta fue la idea desde un inicio, un reto asumido para lanzar un proceso de constante transformación, una propuesta de cambio hacia una nueva cultura de trabajo.
La propuesta: desnudar la estructura, despojarla de cualquier otro contenido que no fuese su propio espacio y funciones. Un edificio en continuo diálogo con su nueva estética y contenidos, y en reiteración y disposición del oficio que representa. Se escogió el blanco predominante de todos los espacios, asociado a la luz, amplitud, reflexión, refracción y a la concepción misma del diseño como valor potencial, sirviendo no sólo como sitio laboral, sino lugar de proyección estético-cultural.

Mallol Desing House (MDH), es la expresión del blanco como espacio de un discurso que trasciende el hecho en sí para dar paso a una nueva manera de afrontar la disciplina a través del intercambio plural entre sus profesionales. El espacio en sí es una metáfora estimulante para la creatividad y convoca al quehacer esencial de la arquitectura: el diseño. La utilización de materiales nobles, como el concreto, acero, vidrio, madera, ha permitido desnudar la estructura, transformar el espacio y organizar la conectividad.

Un edificio contemporáneo en el mejor sentido de la palabra, porque nos habla desde su propio lenguaje, nos documenta sobre su quehacer y cómo éste recae sobre cada una de las funciones, donde los espacios comprometen alguna actividad que les es propia.