Fernando Alda Fotografía

Premio ASCER 2012 para la Escuela de Hostelería en Medina Sidonia

La Escuela de Hostelería en Matadero en Medina Sidonia de Estudio SOL89, fue otorgada el primer premio en la categoría de Arquitectura de los Premios Cerámica de Arquitectura e Interiorismo el pasado miércoles 15 de noviembre. Este año los Premios celebraron su décima primera edición, que destacó tanto por la calidad de las obras presentadas como por el prestigioso jurado. El presidente del jurado ha sido el reconcido arquitecto Juan Navarro Baldeweg. El resto del jurado ha estado formado por los arquitectos Luis Martínez Santa-María; el portugués Francisco Aires Mateus; Joseph Grima, director de la revista Domus; la diseñador internacional Matali Crasset; la crítica de arquitectura de El País, Anatxu Zabalbeascoa; y Ramón Monfort, del Colegio de Arquitectos de Castellón.

Los premios están organizados y promovidos por ASCER (Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos). Su finalidad es destacar aquellos proyectos de arquitectura e interiorismo que hagan un mejor uso de los pavimentos y revestimientos cerámicos fabricados en España. Además del premio de arquitectura, se otorga premios en categorías: Interiorismo, Mención de Honor Arquitectura y Proyecto Fin de Carrera.

El proyecto destacó por ser muy consciente del contexto, resuelto con pocos medios y sin embargo con gran delicadeza y acierto. Sus autores, Estudio SOL89 de María González García y Juanjo López de la Cruz dicen que ” todo es algo áspero y hosco, procurando no velar el recuerdo que el edificio posee de una industria primitiva ni ignorar que se trató de un lugar dedicado al sacrificio.”

A continuación presentamos la memoria del proyecto.

La densidad de la arquitectura de principios del XIX del antiguo matadero, constituida por muros, patio, piedras, cal y las columnas desplazadas del templo fenicio de Hércules-Melcart, contrasta con el espacio simétrico que ha permanecido vacío durante dos siglos como lugar de llegada del ganado, callejón de sacrificio y corral de porcino y vacuno. Este vacío es el reflejo negativo del propio matadero, un lugar vacante limitado por el potente muro encalado que encierra el solar y que rodeaba a la edificación original por dos de sus lados. La nueva cubierta de la intervención permite solidificar este espacio entre muros, clarificando el ámbito original, al tiempo que reinterpreta el modo compositivo arraigado en el lugar de volúmenes blancos rematados con piezas cerámicas.

La nueva cubierta, confinada entre los muros perimetrales, eriza su perfil configurando una serie de claristorios que buscan la luz y su reflejo en la multitud de cubiertas que van remontando la loma de Medina Sidonia. Este elemento recurre a la idea de plano cerámico modelado para trazar una geometría que según la necesidad y escala del espacio protegido se alza o agacha confiriendo una sección quebrada que se reviste completamente de piezas de cerámica cocida. Dicho material, colocado en formato de 13×13 cm., confiere unidad al conjunto intervenido y su trazado se encrespa para albergar el nuevo programa de la Escuela de Hostelería, mientras que las naves del matadero se vacían y se sitúan en ellas los comedores abiertos al patio original.

Tras la demolición de los elementos de poco interés adheridos a lo largo del tiempo, se consolida el núcleo original en torno al patio y se disponen en el vacío de los antiguos corrales las cocinas didácticas y las aulas, articuladas mediante gruesas bandas construidas que densifican la transición de unas a otras. Un revestimiento continuo de piezas de gres de 12×22,5 cm continúa el pavimento de las cocinas sobre los paramentos verticales, generando así una suerte de cuencas cerámicas como espacio idóneo de trabajo cuya altura se interrumpe en la cota de apoyo de la cubierta, incidiendo en la construcción de ésta como un plano único que queda perforado por una serie de patios que funcionan como chimeneas de ventilación y como grandes maceteros de especies culinarias.

La austeridad del matadero habita aún en sus muros y algunos elementos como las columnas provenientes del convento de San Francisco de la localidad, que algunos historiadores sitúan originariamente en el templo fenicio de Hércules-Melcart, cuya diáspora traza una red dispersa de desplazamientos en la trama de Medina donde aún se encuentran otras gemelas. Quisiéramos conservar algo de ese carácter. Los viejos forjados son desmantelados y sustituidos por losas de hormigón de entrecalles curvas encofradas con tablilla que remiten a los originales, los paramentos se revisten con mortero de cal bruñido y para el pavimento y algunos aplacados recurrimos a un granito gris abujardado. Todo es algo áspero y hosco, procurando no velar el recuerdo que el edificio posee de una industria primitiva ni ignorar que se trató de un lugar dedicado al sacrificio.

27 noviembre, 2012 · Publicada en architecture photography, fotografo arquitectura, noticias, premios

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Ferando Alda

Fotógrafo profesional desde el año 1981, especializado en fotografía de arquitectura e infraestructuras desde 1987. Mis reportajes registran obras de gran interés y singularidad, documentando su construcción y estado final. Mi estudio desarrolla un trabajo de alta calidad en la edición de imágenes analógicas y digitales. Este material, que supera los siete mil reportajes, es consultado de forma habitual por empresas editoriales de todo el mundo, siendo publicado mensualmente en libros y revistas nacionales y extranjeros.

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